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Era un hombre excepcional. Desde temprana edad, mostró una fascinación por todo lo relacionado con el transporte. Ya fuera un antiguo automóvil, una motocicleta vintage o incluso un tranvía, Herman siempre encontraba belleza y encanto en estos objetos que contaban historias del pasado.

Herman era un gran conversador y sus historias, él las contaba con pasión, detalle y entusiasmo.   Pero Herman no era solo un coleccionista apasionado y conocedor. También era un amigo leal y generoso. Su amabilidad y disposición para ayudar a los demás le ganaron el cariño y respeto de todos los gomosos a los autos antiguos.  Era muy reconocido no solo en Medellin sino a nivel nacional, era consultado por todos.

Aunque era reconocido por su conocimiento de los autos antiguos, Herman nunca perdió de vista lo más importante en su vida: su familia. Amaba a su esposa Luz Estela, a sus hijos y a sus adoradas hermanas con todo su corazón y siempre encontraba tiempo para disfrutar de momentos especiales con ellos. A pesar de su éxito y reconocimiento, nunca dejó que la fama o la fortuna eclipsaran lo que realmente importaba: el amor y la felicidad de su hogar.

Herman Gutiérrez Maya fue un ser humano sencillo, cariñoso y siempre sonriente. Su pasión, generosidad y amor por el transporte antiguo dejaron un legado imborrable en la comunidad. Su Museo del Transporte sigue siendo un lugar de inspiración y educación, recordando a todos que detrás de cada objeto histórico hay una historia y un corazón que late con pasión.

"En memoria de nuestro querido amigo Herman Gutiérrez Maya, un hombre cuyo espíritu indomable y amor por las motocicletas y los autos antiguos permanecerá siempre en nuestros corazones. Fue un verdadero coleccionista, dedicando años de su vida a buscar y adquirir las piezas más preciadas y únicas para su colección. Siempre estuvo en su ley, surcando las carreteras arriba de una motocicleta, viviendo su pasión hasta el último minuto.

A siete meses de su partida, recordamos con cariño sus risas, su entusiasmo y su amistad incondicional. Siempre estuvo dispuesto a ayudar y a compartir su pasión con todos nosotros. Herman fue el amigo de todos, el alma del museo y su ausencia se siente profundamente.